Ford Performance lo ha vuelto a hacer. Tras la SuperVan 4.2 que nos dejó boquiabiertos con sus 1.400 CV en 2023 o la imponente F-150 Lightning SuperTruck eléctrica que se llevó de calle la victoria el año pasado, la marca del óvalo acaba de presentar una nueva locura eléctrica para desafiar las alturas de Colorado en la 103ª edición del Pikes Peak International Hill Climb: el Super Mustang Mach-E.
La versión más salvaje de este prototipo eléctrico “basado” en el Mustang Mach-E alcanza hasta 2.281 CV, aunque la que competirá tiene 1.421 CV y ha sido desarrollada a conciencia para revalidar título tras medirse con las 156 curvas infernales y los 4.302 metros de altitud de la mítica ‘Pikes Peak International Hill Climb’.
Al volante estará el piloto Romain Dumas, actual poseedor del récord absoluto de la subida, en lo que será su décima participación y la tercera consecutiva con Ford. La misión está clara: demostrar hasta dónde puede llegar la tecnología 100 % eléctrica en uno de los desafíos más duros y más famosos del motorsport en EEUU.
El Super Mustang Mach-E, la nueva arma eléctrica de Ford para escalar límites
En su tercera apuesta consecutiva por un prototipo eléctrico extremo para el Pikes Peak, Ford ha desvelado su creación más bestia hasta la fecha: el Super Mustang Mach-E. Más ligero, más potente y con una aerodinámica activa tan agresiva como funcional, este superdeportivo, según Ford, es “el siguiente paso en nuestra hoja de ruta hacia la electrificación del alto rendimiento”.
Existen dos variantes de este Super Mustang Mach-E. La que correrá en Pikes Peak está equipada con tres motores eléctricos STARD UHP (uno delante y dos detrás), que entregan más de 1.421 CV. Pero hay una versión aún más radical, con cuatro motores (dos delanteros y dos traseros), que en conjunto suman hasta 2.281 CV.
Es un dato llamativo, sobre todo si tenemos en cuenta su peso contenido de poco más de 1.500 kg, por más que un Porsche 718 Cayman GTS 4.0. Otro de los puntos a destacar de este prototipo de superdeportivo eléctrico es su aerodinámica activa, “capaz de generar hasta 3.130 kg de carga a 150 mph (241 km/h)”, dice Ford Performance.
Es decir, el doble del peso del propio coche. A esto se suma un sistema de frenos de carbono de competición, suspensión con brazos basculantes, llantas de magnesio forjado y neumáticos Pirelli P-Zero listos para soportar los rigores de la montaña.
La batería, con química Li-polímero NMC de 50 kWh, ofrece 799 voltios y capacidad de regeneración de hasta 710 kW, una cifra clave para gestionar el esfuerzo del ascenso, donde el sistema puede recuperar energía en los tramos más favorables. Todo el desarrollo ha sido posible gracias a la colaboración con STARD Advanced Research and Development, socios de Ford en sus programas más avanzados de movilidad eléctrica.
Una montaña mítica para probar lo imposible
La Pikes Peak International Hill Climb, conocida como “The Race to the Clouds” o la “Subida a la Montaña de América”, es una de las competiciones más legendarias y extremas del mundo. Se celebra desde 1916 en Colorado, EEUU, y recorre un trazado de 12,42 millas (20 km) con 156 curvas que serpentean hasta alcanzar los 4.302 metros de altitud sobre el nivel del mar.
Los coches y los pilotos que se atreven a desafiarla deben lidiar con cambios drásticos de presión, oxígeno y temperatura, lo que la convierte en un escenario perfecto para poner a prueba tecnologías que luego llegan a la producción. Y Ford conoce bien este terreno. Tras ganar en 2024, este año quiere ir más allá, y por eso vuelve a confiar en Romain Dumas, una auténtica leyenda de la montaña.
“El Super Mach-E es una bestia diferente y estamos entusiasmados por ver lo que puede hacer en la montaña”, afirmaba Dumas con emoción. Por su parte, Mark Rushbrook, director global de Ford Performance, aseguró: “Seguimos empujando los límites de lo posible con los vehículos eléctricos. Cada dato que recopilamos en esta subida nos ayuda a fabricar mejores coches para nuestros clientes”.
Tecnología de carreras, futuro en las calles
Más allá del espectáculo, Ford está aprovechando este tipo de prototipos para desarrollar tecnologías que llegarán a sus modelos eléctricos de producción. En un futuro no tan lejano. Desde química de baterías hasta motores, pasando por las estrategias de regeneración, todo lo que aprenden en Pikes Peak se traslada después a coches como el Mustang Mach-E de calle o los eléctricos puros de la marca del óvalo que están por llegar.
Así, el Super Mustang Mach-E no solo quiere conquistar la subida a la colina más famosa del mundo. También quiere redefinir lo que los aficionados esperan del futuro eléctrico de Ford. “Las carreras son nuestro banco de pruebas”, sentencia Rushbrook. “Y esta montaña, nuestro laboratorio más exigente”.
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Imágenes | Ford Performance, Renault
